No soy ninguna experta, pero de un tiempo a esta parte vengo pensando que los adultos le tenemos miedo al juego. No sé por qué, no sé si es que nos parece que la vida es demasiado seria, que no podemos perder ni un segundo de nuestro precioso tiempo en el juego o que jugar es una cosa de niños que no aporta nada... El caso es que me pasa incluso a mi, que escribo siempre que estamos convencidos de la inmensa importancia del juego. A mi que me vuelve loca jugar a las cartas, juegos de mesa, con la consola y por supuesto con los robots. Pues también a veces me descubro pensando de mis pobres hijas "ya podían hacer algo útil, en vez de estar todo el rato jugando". Cuando me pasa esto, afortunadamente cada vez menos, me paro y me pongo mi propio límite (os invito a ponernos límites también a nosotros mismos, no sólo a los niños y niñas) y me obligo a esperar y mantener la boca bien cerrada, con el firme convencimiento, de que ese juego es crucial y que no hay error más grave que verlo como una pérdida de tiempo. Y si aún así me cuesta, pues me pongo a mirar vídeos de los juegos de nuestras clases de robótica, y recuerdo lo mucho que aprendemos niños, niñas y profes de todos estos juegos. Y lo bien que nos lo pasamos, y las ganas que nos quedan de probar cosas nuevas, de buscar soluciones diferentes, de inventar robots nuevos, de probar con normas diferentes...
Seguro que no lo necesitáis, pero por si en algún momento os sentís tentados de decirle a alguno de esos "sabios bajitos" que tenemos cerca que dejen de perder el tiempo jugando, os dejo aquí un par de vídeos de juegos con robots con orugas de las clases del CEIP San José Obrero de Pozuelo y del CEIP Enrique Tierno Galván de Tres Cantos. Disfrutad de ellos.
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