lunes, 19 de enero de 2015

Catapultas I

Si Alejandro Magno levantara la cabeza, estamos seguros de que no dudaría en usar nuestras catapultas robotizadas.

En esta ocasión, el objetivo era doble: por un lado había que construir la catapulta y por otro diseñar y construir un mecanismo de actuación automático para la catapulta, de modo que lanzase de manera automática los proyectiles. .
Los resultados han sido fantásticos. Pero como no todo son los resultados por el camino hemos aprendido lo que es un tiro parabólico y le hemos dado vueltas a todas las fuerzas que intervienen en los tiros, para poder apuntar con precisión al blanco deseado.







jueves, 15 de enero de 2015

Maqueta Navideña

En nuestros talleres de robótica hay tiempo para todo, hay tiempo de escuchar, de hablar, de construir, de jugar... Hay momentos, muchos, de trabajo individual, donde cada uno "se pelea" con su montaje, busca la mejor forma de hacer su robot robusto, de que vaya más rápido o tenga unas patas más estables. Es importante para todos poder enfrentarnos a retos personales, y equivocarnos y finalmente poderlos superar. Nadie puede hacer eso por nosotros y la autoestima de nuestros niños y niñas se fortalece y desarrolla de manera sana si les damos estas oportunidades y les acompañamos en sus frustraciones y logros. Pero también tenemos tiempos de trabajo en equipo, una habilidad que cada día se torna más importante en esta sociedad global. Trabajamos juntos para conseguir pequeños objetivos como conseguir que todas nuestras orugas sean capaces de tirar juntas de una pesa y moverla. Y trabajamos en común para construir un montaje conjunto importante, serio, vistoso. Algo que individualmente nunca hubiéramos sido capaces de montar, que se ha enriquecido con las ideas y los aportes de todos. Y eso es lo que hemos hecho en el taller Curiosity de la Casa de la Juventud de Boadilla del Monte: una maqueta de inspiración navideña, hecha con el trabajo de todos, donde cada uno ha aportado una figura, un robot para conseguir esta preciosa postal robótica. ¡Un hermoso trabajo colaborativo!


 

 

 








miércoles, 14 de enero de 2015

Cocodrilos hambrientos

En nuestro anterior post hablábamos de exprimir los sensores de infrarrojos como si fueran limones. Pues aquí tenemos un poco más de ese jugo: unos cocodrilos hambrientos que persiguen a su alimento. Esta vez hemos colocado el sensor dentro de la boca, de manera que cuando nuestro cocodrilo detecta que hay algo dentro de su boca camina, como si persiguiese su alimento. Si no detecta nada se para.

Como es a costumbre en nuestras clases hemos terminado jugando. Esta vez han sido carreras de cocodrilos hambrientos. Cada participante hacía correr a su cocodrilo metiéndole un papel, o la mano los más valientes, en la boca. Así hemos podido experimentar con el alcance de los sensores y comprobar que hay que poner el papel o la mano bien cerca para que la detecten. Alguno de nuestros roboteros ha ido un paso más allá y ha hecho un cocodrilo velocista, con la boca bien cerrada; si detecta la mandíbula superior, no hay que andar metiendo manos ni hojas. ¡Pues claro! ¡Enhorabuena a las mentes pensantes!

¡Cuidado! Estos cocodrilos tienen mucha hambre, así que mejor no metas la mano en su boca porque te seguirán allá donde vayas.










martes, 13 de enero de 2015

Bandada de Insectos

En nuestros cursos y talleres de robótica nos gusta exprimir cada componente y cada estructura al máximo. Darle vueltas, añadir, quitar, cambiar el uso habitual. Porque nos gusta experimentar, porque creemos que probando es como más y mejor aprendemos, porque valoramos el error, porque cuando algo no funciona nos hace pensar.

Eso hemos hecho con el sensor de infrarrojos en uno de los talleres de robótica de Boadilla del Monte. Este sensor lo empleamos habitualmente orientado hacia el suelo, para seguir líneas negras, o evitar que nuestro robot se caiga de la mesa. O colocado en la parte delantera de las creaciones enfocado hacia adelante y permitiéndonos detectar obstáculos y no chocar con ellos.
 


Esta vez lo hemos colocado mirando al cielo. Nuestros insectos llevan los infrarrojos orientados hacia arriba. ¿Para qué? Cuando uno es un insecto pequeño, muchos de los peligros vienen de arriba: personas o animales grandes que te pisan porque no te ven o aves que vienen volando con la intención de convertirte en su almuerzo. Con nuestros sensores infrarrojos los detectamos y giramos rápidamente, despistando al enemigo y evitando peligros.

Aquí podéis contemplarlos a todos juntos en acción.



Aquí os dejamos algunas otras creaciones de nuestros niños y ñiñas