martes, 17 de diciembre de 2013

La satisfacción del trabajo bien hecho

Hace ya bastante tiempo que no me gustan los premios. Cada vez tengo más claro que con tanto dar premios (pegatinas, caras sonrientes, regalos,...) podemos conseguir que nuestros niños y niñas en lugar de amar el trabajo bien hecho, el aprender cosas nuevas, el construir, el lograr aquello por lo que se están esforzando se fijen únicamente en obtener el premio. Todos sabemos por experiencia la gran satisfacción que nos produce finalizar un trabajo, proyecto o tarea, en el que nos hemos esforzado y de cuyo resultado estamos contentos. También el enorme "premio" personal que supone aprender alguna materia difícil o que nos resultaba especialmente complicada. Mientras elaboramos la programación de los talleres y cursos de robótica educativa, tenemos este aspecto constantemente en cuenta. Para ello, nuestra metodología se centra fundamentalmente en acompañar a los chicos y chicas en su proceso de aprendizaje, de manera que sean ellos el centro de este proceso y no el profesor. Acompañando de esta manera no nos apropiamos de sus logros, son ellos los protagonistas, ellos y ellas los que crean, los que imaginan, también los que se equivocan y tienen que volver sobre sus pasos y pensar en los errores. Y son ellos los que lo consiguen, los que terminan el robot, tras un trabajo más o menos largo, más o menos duro. Nos sentimos muy contentos de poder contribuir de esta manera a que nuestros niños y niñas, a través de la robótica puedan descubrir también que no hay premio que supere la satisfacción del trabajo bien hecho.

Os dejo un vídeo del taller del domingo pasado en Chafalladas Obviamente no podéis ver las caras de satisfacción de los chavales pero sí sus manos y sus creaciones. Y eso vale más que los premios.

  Lía

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