Los que nos conocéis ya sabéis que somos grandes defensores del juego,no sólo para niños y niñas, también para los adultos. Jugamos poco. Cada clase, cada taller de robótica que hacemos somos más conscientes del papel fundamental del juego en el proceso de aprendizaje. Jugando aprendemos más, aprendemos mejor y aprendemos cosas que no aprenderíamos de otra manera.
Por eso el juego es parte fundamental e indispensable de nuestras clases. Todos los robots que construimos llevan asociado por lo menos un juego, a veces hacemos más de uno. Los chavales aprenden jugando, de hecho aprenden más fallando y perdiendo. Aquí va un ejemplo de una clase de la semana pasada.
Construimos un robot luchador de sumo. El sumo es una de las competiciones tradicionales de la robótica. En este grupo chicos y chicas habían construido un robot luchador dotado de unos sensores infrarrojos que conseguían que no se saliese del tatami blanco.
Desde luego que chicos y chicas han aprendido durante el montaje y la clase. Han aprendido cómo funcionan los sensores de infrarrojos, han aprendido a montar el robot, han aprendido cosas sobre la luz... Pero donde más han aprendido ha sido durante el juego. Cuando
ven que el compañero gana porque su robot pesa más y no hay quién lo
mueva, aprenden; cuando ven que si el robot del compañero roza más porque
le han puesto lengüetas arrastrando y no se sale, aprenden; cuando ven
que su robot no corre como el resto y se fijan en dónde esta rozando la
rueda y qué se puede mejorar en la estructura, aprenden; cuando ven que
no hace falta completar el montaje para competir, aprenden.
Nuestra misión, como profesores es acompañarles en este proceso. Llamar su atención para que se fijen en estas cosas, para que se pregunten el motivo por el que su robot no corre tanto, o roza...que se cuestionen si hace falta la cabeza para que funcione...
Al
final de cada clase, cuando se supone que tienen que jugar, algunos
niños y niñas aún no han terminado el montaje. Entonces nos sentamos con ellos, les acompañamos para que traten de hacer una estructura que cumpla más o menos con lo esperado para que puedan unirse al juego. Buscamos las partes superfluas
del montaje y las quitamos. Este proceso es fundamental a la hora de
hacer que los chavales piensen cómo crear su robot, puesto que les
permite identificar la esencia del montaje que se está realizando.
Y además nos lo pasamos en grande, cada vez más y cada vez más seguros de que jugando es como más y mejor aprendemos.
Eloy, Lía y Óscar
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