Pues no he podido resistirme a la foto de familia del Starter Kit de Ollo. Aquí están todos y cada uno de los 12 robot que hemos construido, los que propone el manual de trabajo.
Con todos nos hemos divertido y con cada uno de ellos hemos trabajado distintos aspectos: el caballo y el pingüino nos iniciaron en el manejo de las piezas y las diferentes vistas de un objeto; hicimos un generador con el molino de viento y nuestro primer robot caminante fue un cocodrilo. Con la pinza transformamos el giro del motor en traslación y subimos pendientes con la oruga. Una seria reflexión sobre cómo se camina a cuatro patas nos llevó a poder construir el cachorro y otra no menos seria sobre el centro de gravedad y cómo colocar los pesos fue imprescindible para lograr un braquiosaurio que no se cayese. Añadimos dos patas para tener un escarabajo, ¡qué práctico es tener 6 patas! Pero no sólo se trata de andar, ¡nuestro conejo salta! y con él aprendimos sobre muelles y energías. Para construir uno de nuestros robots más complejos, el avión, tuvimos que trabajar con engranajes distintos y entender cómo estos ingenios nos permiten variar velocidades. Y para terminar el rey de este kit, el tiranosaurio que camina a dos patas, ¡eso si que es un logro nada fácil! ser bípedo exige tener bien repartida la carga y unos pies que nos soporten sin hacernos caer.
Como veis hemos disfrutado mucho, muchísimo preparando este curso. Y esto es sólo el principio, porque en nuestras cabezas bullen ideas para construir, y nuestros cuadernos están llenos de bocetos de nuevos robots.... Y las ganas de empezar a preparar el curso con el kit explorer son ya enormes. Así que, seguimos.
Lía
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