La semana pasada tuvimos un motín en una clase de robótica. Chicos y chicas decidieron que querían dedicar toda la clase a seguir con las "batallas". La semana anterior habíamos estado construyendo tanques con los que íbamos a jugar a pinchar los globos de los contrarios. Nuestra idea era comenzar jugando, desmontar los tanques y comenzar con el siguiente robot. Pero ellos, los protagonistas de las clases, que son los chicos y chicas, se negaron a nuestra propuesta. ¡Y nosotros encantados! Que ellos, centro del aprendizaje según dicen las teorías, tomen las riendas de la clase, decidan que quieren seguir en esa actividad porque aún tiene mucho que aportar, porque se quedan en el tintero muchos experimentos que hacer y porque además lo están pasando en grande, es ingrediente seguro de éxito. ¡Nada se aprende mejor que lo que uno decide aprender y además lo hace con placer!
Así que decidimos seguir con las batallas de tanques. Estas batallas les sirvieron para tener en cuenta todos los factores: estrategias de ataque, diseño del tanque, diseño y colocación del arma "pincha-globos", colocar las orugas alineadas para conducir el tanque en rectas; incluso algunos más pillos deshincharon un poco el globo para que no se pudiera pinchar. Desde luego pasamos un gran rato, que seguro que se repetirá en los diferentes colegios que cursan este nivel. La única pega es que los profes nos quedamos con las ganas de hacernos un tanque y jugar también. ¡Quién sabe si en la siguiente! porque nos hemos prometido hacer combates similares con otros robots.
¡No os perdáis el vídeo!
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