Esta mañana he tenido el gran placer de participar en una mesa redonda en el #BQOpenDay sobre el presente y el futuro de la educación tecnológica. Ha sido emocionante desde que entramos en el recinto, con un montón de puestecillos con impresoras 3D, escaners 3D, manos ortopédicas hechas con impresión 3D, un pequeño taller... Ver a tanta gente haciendo cosas, con sus manos y cerebros y sobre todo con otros, emocionadas con sus creaciones ha sido para mi, sin duda, un acicate para la reflexión que se nos proponía en la mesa redonda.
He compartido mesa con tres personas, más Sara Alvarellos la moderadora de BQ, de procedencias, ámbitos y experiencias bien diferentes a las mías. Estas diferencias han enriquecido las exposiciones. Anselmo Peñas, CEO de Jóvenes Inventores, una spin-off de la UNED; Juan Pablo Sánchez, profesor de tecnología del colegio Tajamar y Cintia Refojo, responsable de vocaciones científicas de la FECYT. Todos hemos aportado nuestra visión sobre las preguntas que nos ha planteado Sara, y todas las visiones han coincidido en algunos aspectos y se han completado en muchos otros. Desde la óptica de un profesor de matemáticas, Juan Pablo, un apasionado de la tecnología nos ha contado de sus esfuerzos por implicar a sus compañeros y familias, y de la importancia de tener en cuenta a todos los actores. Anselmo nos ha explicado un precioso proyecto, el proyecto Genius en el que colaboran, para que la educación en la tecnología llegue a todos y nos ayude a ir reduciendo brechas y desigualdades. Y Cintia nos ha aportado algunos de los estudios, datos y proyectos de divulgación científica que realizan en la FECYT.
Mis conclusiones, no las objetivas, sino las que a mi me resuenan son que todos estamos implicados en la educación (no sólo en la tecnológica) y que todos los actores (escuela, familias, sociedad, empresas, instituciones) tenemos algo que aportar. Que hay una barrera que está impidiendo que muchos jóvenes lleguen a carreras del ámbito científico, barreras que a veces son tan absurdas como lo que esos jóvenes piensan de la valoración de sus profesores en el desempeño de las materias científicas. Que esta barrera, además, está más acusada en el caso de las mujeres y que no podemos pasarlo por alto. En fin, que al final, es cosa de todos el conseguir que cada niño y cada niña, llegue a ser aquello que quiera desde el fondo de su ser, que pueda realizar su proyecto vital, en ciencia o no, por su bien y por el de toda la sociedad.
¡Gracias a BQ por propiciar esta mesa redonda, que tan corta se nos ha quedado de tiempo! Estamos necesitados de este tipo de reflexiones compartidas.
Lía
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