La robótica como instrumento pedagógico resulta ser un vehículo muy óptimo en varios sentidos puesto que además de estar íntimamente relacionada con las TIC y estar en la cima de la innovación tecnológica, lo interesante del empleo de la róbotica como herramienta para incentivar la creatividad y la vocación tecnológica, es el tipo de metodologías que se pueden emplear. La idea es que vean, aprendan y experimenten el funcionamiento de los robots, de una forma entretenida y lúdica, y además motivar diferentes soluciones para un mismo problema, y también generar conflictos cognitivos para incentivar que investiguen y trabajen la imaginación, reforzando formas de pensamiento inductivo como se expondrá en los ejemplos que se van a comentar.
Los siguientes ejercicios precisamente tratan de reforzar estos aspectos.
En el vídeo, en el primer caso, se muestra un montaje en el cual se proponía que realizaran un robot para que vieran de forma concreta el movimiento de rotación y traslación., mediante varios mecanismos e instrucciones sencillas. Este montaje nos vino muy bien para que vieran de forma concreta y directa por ejemplo, dos movimientos que realiza la Tierra y que además han visto la mayoría en las clases de Ciencias. Se les propuso que hicieran una ballena, y ellos mismos realizaron múltiples versiones en las que ponían a prueba su imaginación aprovechando el vaivén del robot que habían creado previamente de arriba a abajo . Uno de los niños comentó como quería hacer un muñeco que bailara según el movimiento que había experimentado previamente; otro niño se empeño en hacer un muñeco con una sierra que se moviera arriba y abajo. En este sentido, se ha considerado que nuestra actuación docente estaba dirigida a explotar interpretaciones múltiples con una construcción ya realizada, puesto que una manera de aprender consiste en reformular lo ya dado, establecer nuevas significaciones para los que las concepciones unívocas y cerradas no tienen cabida.
En el segundo vídeo muestra una actividad realizada donde se construye un braquisaurio. Aprovechamos el montaje para hablarles del centro de gravedad, lo que nos ha llevado, de forma casi obligada, a tratar conceptos como la gravedad, equilibrio, el centro de masas, etc., debido a las insistentes preguntas que hacían los/as niños/as cuando empezamos a construir el braquiosaurio. Es muy interesante para este tipo de ejercicios planear un juego en el que podamos proponerles un reto para que puedan echar carreras o jugar a ver qué robot se sale del círculo. Como primera instrucción se les dijo que deberían de conseguir el cuello más largo sin que se cayera , por lo que algunos de ellos optaron por incluir peso atrás o repartir el peso en la zona de cuello y cabeza. Automáticamente se dieron cuenta de que a medida que iba creciendo la altura de su construcción, el robot iba perdiendo velocidad, por lo que en las carreras, redujeron la altura. Otro componente para la velocidad era la carga de batería.
Este último y el ejemplo anterior nos ofrece una observación interesante y es que la creatividad va más allá de la creación de algo enteramente nuevo, su desarrollo opera, más bien, junto con la intuición para facilitar la curiosidad y el poder hacerse preguntas sobre aquello que nos rodea, puesto que lo interesante de la labor educativa es despertar la curiosidad, darles pautas para que vean que ellos mismos pueden encontrar respuestas experimentando y pudiendo desarrollar y poner en práctica sus propios proyectos.
Si bien es cierto que las TIC son el motor actual de conocimiento, información y producción, la situación no variará en las próximas décadas.
Desde el ámbito educativo, cada vez se hace más necesario incentivar una vocación tecnológica, no sólo a través de la usabilidad y el aprendizaje del manejo de las herramientas, sino que lo interesante es ir más allá del recurso didáctico y transfigurar estas herramientas en medios pedagógicos con los que poder aprender y estimular la creatividad.
Sagrario Martín
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